domingo, 27 de febrero de 2011

OCTAVO REPORTE DE ARTICULO CIENTIFICO

INTRODUCCION A LA RADIACION ULTRAVIOLETA (UV) Y OZONO
El sol es una esfera gaseosa como la mayor parte de las estrellas. Sus principales componentes son los hidrógenos y el helio. Debido a altas presiones el hidrogeno del núcleo se transforma en helio, liberando así una péquela ráfaga de energía, que pierde intensidad en su camino a la superficie, convirtiéndose en luz vivible y rayos infrarrojos en su mayor parte. La temperatura central del sol es de 15 millones de °C y en la superficie llega a los 5 mil °C. El sol está clasificado como una relativamente estrella amarilla de la secuencia principal.
La radiación emitida por el sol comprende una gama continua y muy extensa de longitudes de onda van desde los rayos gamma a las ondas de radio, pasando por los rayos X, ultravioleta, visible, infrarrojo y microondas.
Una parte considerable de UV procedente del sol es absorbida a su paso por la atmosfera. El ozono es el principal responsable, impidiendo, de esta forma, que dicha radiación especialmente dañina para los organismos biológicos, alcance la superficie terrestre.
En los últimos años, parece que se han acumulado suficientes evidencias para concluir que este equilibrio está siendo destruido por diversas actividades industriales y que está teniendo lugar una destrucción generalizada de ozono sobre todo el planeta, presentado un especial dramatismo en la Antártida.
El ozono prácticamente no absorbe la radiación UV-A por lo que no se prevén incrementos en la intencidad como consecuencia de la disminución del ozono. Algo parecido ocurre con las radiaciones UV-C, que son completamente absorbida por el ozono, hasta tal punto que sería necesario que se destruyese el 90% de la capa de ozono para detectar alguna variación significativa.
Se ha demostrado estadísticamente que en igualdad respecto a otros factores, el número de casos de cáncer de piel disminuye con la latitud. Ello es debido a la mayor inclinación de los rayos solares en las altas latitudes, lo que implica un mayor recorrido de la radiación a través de atmosfera y, por lo tanto, una mayor absorción. Asi a 30° de latitud se recibe en verano en el medio día una radiación UV-B aproximadamente tres veces superior a la que en las mismas condiciones alcanzaría una región situada a 60° de latitud.
Las macromoléculas orgánicas y en particular el ADN que son las portadoras del código genético son muy sensibles al incremento de estas radicaciones, por lo que una disminución en la concentración de ozono en la atmosfera podría tener efectos mutagenicos sobre muchas especies, cuyas consecuencias para el ecosistema mundial no están suficientemente estudiadas. La fotosíntesis vegetal también podría ser ligeramente inhibida, con la grave repercusión que podría tener para el equilibrio oxigeno/dióxido de carbono de la atmosfera.
A pesar de su celebridad y de su frecuente utilización, el término “capa de ozono” es entendido generalmente de una manera que se presta al equívoco. El término sugiere que a una cierta altura de la atmosfera existe un nivel de ozono concentrado que cubre y protege la tierra, a la manera de un cielo que estuviese encapotado por un fino estrato nubloso. Lo cierto es que el ozono no está concentrado en un estrato, ni tampoco está situado en una altitud especifica sino que es un gas escaso compuesto por tres moléculas de oxigeno, que está muy diluido en el aire y que además se esparce desde el suelo hasta mas allá de la estratosfera, es decir en un espesor atmosférico de varias decenas de kilómetros.

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